Contaminacion
El agua es fundamental para la vida tal como la conocemos. Dos terceras partes de la Tierra son agua, el 70% de nuestros cuerpos es agua, sin embargo, es el recurso más amenazado en el mundo.
Algunos de los peores focos de contaminación ponen en peligro a diario los recursos hídricos. Cientos de sustancias tóxicas son arrojadas al agua sin un control adecuado. Muchas de ellas, no debería estar permitido verterlas al agua, por sus conocidos efectos nocivos, y porque tampoco existen estudios que determinen su inocuidad. Por tanto, según el principio de precaución, no tendrían que estar contaminando el entorno.
La contaminación provoca unos costes sociales y ambientales muy elevados (lo serán más aún en un futuro cercano). La recuperación de los ecosistemas acuáticos afectados es muy compleja, incluso imposible en muchos casos. Sólo si logramos eliminar las fuentes de contaminación en origen podremos asegurar un futuro sin tóxicos.

Oceáno Atlántico
Cada año, cientos de miles de viejos ordenadores y teléfonos móviles son tirados en vertederos o incinerados. Miles más son exportados, a menudo ilegalmente, de Europa, EE.UU, Japón y otros países industrializados, a Asia y África. Allí, los trabajadores que desmantelan estos residuos, algunos de ellos niños y niñas, son expuestos a un cóctel de sustancias químicas tóxicas.
La tasa de crecimiento de estas montañas de residuos electrónicos obsoletos alcanzará dimensiones de crisis si las empresas de electrónica, que obtienen lucros elevados de la producción y venta de estos aparatos, no asumen sus responsabilidades. Es posible hacer productos sin sustancias químicas peligrosas, duraderos, que pueden ser mejorados, reciclados o eliminados de forma segura y que no acaben como residuos peligrosos en el patio de atrás de quienes ni siquiera disponen de la tecnología adecuada para gestionarlos.
Actualmente, el valor calorífico de los RSU se debe en gran medida a los plásticos, o en menor grado, al papel y a la madera, todos fácilmente recuperables y reciclables. Las incineradoras son ineficientes y se ha demostrado que, en general, no son eficaces para recuperar cantidades significativas de energía en comparación con una adecuada política de reciclaje de materiales.
El potencial de ahorro de energía del reciclaje de los RSU en España es muy superior al potencial de obtención de energía mediante incineración. Además, estas instalaciones emiten a la atmósfera sustancias químicas persistentes, tóxicas y bioacumulativas, como las dioxinas y los furanos.
Las incineradoras generan enormes cantidades de escorias y cenizas volantes (al menos el 22,5% en peso de los residuos quemados, según los datos más conservadores), estas últimas pueden contaminar el entorno y deberían ser tratadas como residuos peligrosos. Por tanto, la incineración de residuos urbanos no puede considerarse como una fuente renovable y limpia de energía.
Por otro lado, se ha demostrado que los modelos basados en la recuperación y reciclaje suponen la creación de entre 7 y 39 veces más empleos que con la incineración.

Incineración de residuos
En España, lamentablemente, existen muchas zonas contaminadas. Pero, si tenemos que destacar las más problemáticas, no hay la menor duda que son:
- Huelva, es sin duda el punto más contaminado de Europa: 120 millones de toneladas de residuos tóxicos y radiactivos ocupan 1.200 hectáreas de marismas.
- La Bahía de Algeciras, puesto que es la zona de España dónde la contaminación por hidrocarburos es más grave y que presenta, junto con Huelva, el mayor índice de mortalidad por cáncer de España.
- Flix, dónde se han vertido a un embalse, en el que se obtiene agua para consumo humano, más de 700.000 toneladas de residuos tóxicos y radiactivos.
Fuentes:
Movimiento Verde España, Greenpeace España